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¿Quién podría pensar que nuestra epidermis comienza su proceso de envejecimiento tan pronto como se alcanza la edad de.... 20 años! ¿No es una sorpresa? Pero eso no significa que debamos apresurarnos con los productos anti-arrugas a esa edad. Entonces, ¿a partir de qué edad se debe empezar a usar una crema antirreumático para contrarrestar los efectos del paso del tiempo? ¿Qué tipo de cuidados privilegiar para atenuar la aparición de arrugas y arrugas en la esquina de los ojos, en la frente o incluso alrededor de la boca? ¿Cómo nos encontramos entre la multitud de cremas antiarrugas que se pueden encontrar en los puntos de venta? Muchas preguntas que nos pueden dejar indecisos... Para ayudarle a ver más claro, vamos a responder en la continuación de este artículo.
El tiempo que pasa es responsable de ciertos daños a nivel de nuestra piel: falta de elasticidad, tonicidad y colágeno, así como una renovación de las células más lenta. Después de los 30 años, surgen otros problemas: la epidermis se vuelve más seca. Después de 40 años, a veces hay que hacer frente a la aparición de pequeñas manchas marrones.
Después de 50 años, la piel tiende a aflojarse. Es porqué utilizar un tratamiento anti-arrugas es indispensable para conservar una piel luminosa y fresca a cualquier edad y para ralentizar los signos de la vejez. Estos son numerosos en el mercado en forma de gel, cremas o suero y permiten a nuestras pieles cansadas recuperar su brillo y su tono.
Los cuidado anti-arrugas están diseñados específicamente para actuar sobre la aparición de arrugas y arrugas. Forman parte de la familia más genérica de los «cuidados antiedad» que responden a otras problemáticas relacionadas con el envejecimiento cutáneo, como las tareas, la relajación de la piel, pero también las arrugas.
Por eso es frecuente confundir estos dos términos y/o mezclarlos. Por lo tanto, los antiedad tienen un campo de acción más global y pueden ser utilizados por personas de diferentes edades. En cambio, los antiarrugas sólo serán eficaces en las pieles maduras, alrededor de 45 años. Lo ideal es utilizar un tratamiento específico junto con un tratamiento global.
Además del uso de un tratamiento antiedad, algunas acciones cotidianas trabajan en favor del buen equilibrio de la piel. Un estilo de vida saludable que incluya una dieta equilibrada, la práctica de actividades deportivas, el mínimo de excesos y una buena protección solar ayudará a evitar el envejecimiento prematuro de la epidermis.
El cuidado diario de la piel también es muy importante. En este sentido, se desmaquilla escrupulosamente cada noche, se realiza un exfoliante una vez por semana para eliminar la piel de las células muertas que podrían asfixiarla y se hidrata perfectamente su cuerpo y su cara con tratamientos adaptados a su naturaleza de piel e integra un SPF.
Hay que saber que las primeras arrugas son visibles a la edad de 30 años entre las cejas. Luego, son las que se dibujan entre los 30 y los 40 años. Finalmente, asistimos a la aparición de las famosas patas de ganso desde la cuarentena pasada. Para frenar la llegada de estos momentos tan temidos por las mujeres, es necesario adaptar su rutina de cuidado en función de los años que pasan:
El tratamiento antiedad más eficaz es el que responde perfectamente a las necesidades de su epidermis independientemente de su edad. Su piel debe entonces ser estudiada: ¿es propensa a imperfecciones? ¿Está deshidratada o algo así? Terne ? Si te reconoces en alguna de estas situaciones, es conveniente tratar el problema antes de pasar a la aplicación del producto antiedad. Tenga en cuenta que la hidratación es el centro de la prevención del envejecimiento de la piel. Sin embargo, un tratamiento hidratante por sí solo no puede sustituir a un producto antiedad a partir de los treinta años. Estos últimos tienen un poder hidratante superior, ya que están más concentrados en activos.
Una crème antirides ayudará a frenar el envejecimiento de la epidermis gracias a su poder estimulante del colágeno y la elastina. Pero una buena técnica de aplicación puede hacerlos aún más eficaces. Para ello, empieza por poner el contorno de los ojos con las yemas de los dedos, suavizando la piel del interior hacia el exterior del párpado y realizando movimientos circulares. Para el rostro, es necesario proceder estirando el produi. t del centro del rostro hacia el exterior. Para reforzar los tejidos, le recomendamos que golpee la piel o pellizque ligeramente para estimular la circulación sanguínea.
Ahora ya sabes a partir de qué edad debes empezar a usar una crema antirretrovírica. Por supuesto, todos nuestros consejos son adaptables a sus necesidades y la capacidad de resistencia de su piel frente al envejecimiento.