Cualquiera que sea la temporada, y su tipo de piel, sus labios son frágiles y deben ser mimados. En efecto, están especialmente expuestas a los riesgos climáticos, a la contaminación, pero también a las bacterias y a la suciedad ambiental. La piel muy fina de los labios puede dañarse rápidamente y agrietarse causando diversos dolores y molestias.