A veces nuestro cabello es maltratado por la vida cotidiana. Las agresiones externas como el calor, el frío o la contaminación, pero también nuestra forma de peinarlos o atarlos, pueden llevar a la caída del cabello. Además, los cambios hormonales son frecuentes en la vida de una mujer: pubertad, embarazo, parto o menopausia son otros tantos motivos para ver deteriorarse su masa capilar. Por último, los años que pasan hacen que a veces nuestro cabello sea más frágil.